Pasar al contenido principal

ASAJA-HUELVA ADVIERTE DE LAS CONSECUENCIAS QUE EL CIERRE DE CELULOSAS TENDRÁ PARA LA PROVINCIA CON MAYOR SUPERFICIE FORESTAL DE ESPAÑA

La organización agraria insta a Ence que no se parapete tras excusas ridículas para justificar una decisión puramente empresarial y exige al Gobierno central que estudie la situación en la que quedan cientos de productores de madera sin posibilidad de rec
La patronal agraria Asaja-Huelva lamenta el anuncio que la empresa Ence realizó en el día de ayer sobre el cierre de su planta productora de celulosa que venía funcionando desde hace 47 años. El cese de actividad de la planta no sólo es un drama para las casi 300 familias cuya economía depende de un puesto de trabajo en dicha factoría, sino que además, afecta de lleno a miles de personas cuya actividad profesional está relacionada con la misma.

No en vano, Huelva es la provincia con mayor superficie forestal de España. Esto se debe no sólo a las cualidades medioambientales y a la riqueza natural de su territorio, sino al hecho de que, durante casi medio siglo, se ha venido implantando y desarrollando un sector, el forestal, que es creador de empleo y estabilidad laboral, garante del cuidado de los montes y un fijador de la población en las zonas rurales. La preocupación de Asaja-Huelva en estos momentos, más allá de las pérdidas que Ence pueda mostrar en un ejercicio concreto, son esas miles de familias, propietarios forestales, productores de madera, técnicos, empleados y otros profesionales del monte.

En este sentido, y dado que por las características de su actividad el sector no tiene posibilidad de reconversión inmediata –de hecho, en muchos casos, por las circunstancias de protección del medio y los requerimientos legales y administrativos a los que se ven sometidos, no tienen ninguna posibilidad de dedicar esos terrenos a otra actividad-, Asaja-Huelva exige al Gobierno central que estudie medidas que palian la situación en la que quedan estos profesionales y que disponga los mecanismos necesarios para paliar sus pérdidas y posibilitar su reconversión.

La administración autonómica, por su parte, deberá hacer una revisión de cuáles han sido sus políticas respecto al impulso del sector, habitualmente contrarias al fomento del eucaliptal, y atender a las necesidades de los productores forestales, que quedan en una situación de indefensión absoluta.

En cuanto a la empresa, Asaja-Huelva le solicita que sea franca y no se parapete tras excusas ridículas como la “expansión de la fresa y los cítricos”. No recuerda la organización agraria que el eucaliptal haya tenido nunca especial protagonismo ni relevancia en las zonas en las que se cultivan fresas y cítricos, por lo que esa justificación lo único que consigue es poner en evidencia la endeblez de sus excusas a este respecto. Si Ence tiene pérdidas sólo puede deberse a las consecuencias de la gestión y a las circunstancias del mercado del producto que fabrica.

Además, Asaja-Huelva recuerda a Ence que desde hace varios años viene reduciendo los precios sistemáticamente al productor local de madera, bajando los precios de forma continuada, comparando la producción local con producciones e importaciones de otros países, principalmente de Sudamérica argumentando los menores costes y mayores rendimientos de esa madera. Dada la baja o nula rentabilidad que Ence ofrecía a los productores de madera, esto ha provocado que haya habido una reducción del sector forestal en la provincia de Huelva y no la expansión de la fresa y de los cítricos: la regresión del eucaliptal de la que habla la empresa en su comunicado es, únicamente, consecuencia de su propio modus operandi y de la situación del mercado

Finalmente, la patronal desea aclarar que la reconversión del sector hacia la producción de biomasa no es factible hoy por hoy tal y como están planteados los cultivos de eucalipto en la provincia de Huelva. En efecto, el producto destinado a biomasa es de mucho menos valor (hasta 10 veces) toda vez que se trata de madera de menos calidad y distinto precio, una materia prima que no es la que se produce en la provincia, cuyos costes ni siquiera se cubrirían con los precios de la materia que se destina a biomasa, obligando además a una reconversión con unos costes y unos plazos inviables para el sector.