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Sectorial de Cereales-Junio 2021

La campaña del cereal ha llegado a su fin en la provincia con una producción que se puede catalogar como buena teniendo en cuenta la primavera tan escasa de lluvias que hemos tenido.
Una producción que asciende con respecto al año pasado donde tuvimos unos rendimientos de entre 2.800-3.000 kg/ha. en los tres principales cultivos de cereal que se siembran en nuestra provincia: triticale, trigo blando y trigo duro.
Esta campaña 2021 se ha caracterizado por tener unos rendimientos relativamente altos sobre todo en la Comarca del Condado Campiña, que es la Comarca más representativa de nuestra provincia, y donde está concentrado la gran mayoría de la producción de cereal.
El triticale con un rendimiento entre 3.500-4000 kg/ha., el trigo duro con unos 4.000kg/ha., y en el caso del trigo blando con más producción más alta inclusive teniendo un rendimiento de unos 4.300kg/ha.
En cuanto a producciones nos encontramos con datos muy similares al año pasado: Unas 9.000 ha. de trigo duro, unos 5.000 ha. de trigo blando, unas 6.500 ha. de tritical, y unas 14.500 ha. de girasol.

CIFRAS NACIONALES A nivel nacional, la sectorial de cereales de Asaja ha cifrado la cosecha de este año en 16 millones de toneladas. Esto supone un significativo descenso de producción respecto al año pasado, cuando se alcanzaron los 21,3 millones de toneladas, según datos oficiales del ministerio de Agricultura. En suma, un recorte productivo que ronda también el 25 por ciento.   Los bajos rendimientos se deben, principalmente, a que se ha tenido una primavera muy seca y esto ha hecho que el granado de los diferentes cultivos en su fase final no haya llegado a término, algo que ha ocurrido en buena parte de las zonas productoras de cereales.    Por otra parte, la elevada actividad tormentosa de las últimas semanas, en buena parte acompañada de pedrisco, han siniestrado más de 230.000 hectáreas, de las que 80.000 han sido en los 10 primeros días de junio. A falta de tener datos sobre la afectación de las tormentas de la semana pasada, “los daños se estiman muy elevados por la intensidad de las mismas y por encontrarse las cosechas en la última parte del ciclo vegetativo”.    A las pérdidas por inclemencias meteorológicas, se debe sumar los daños ocasionados por la fauna silvestre que en esta campaña han sido cuantiosos ya que, como consecuencia de la pandemia, la actividad cinegética ha sido prácticamente nula durante los meses de nascencia del cereal.   En este sentido, y aunque el nivel de aseguramiento de este sector es alto, el malestar de los cerealistas viene dado por el limitado rendimiento máximo asegurable que se permite en muchas zonas productoras. Esto hace que, ante la tasación de los siniestros, la indemnización sea menor que el valor real de la producción.    Respecto a los precios del cereal, si bien las cotizaciones en general son más elevadas que en las últimas campañas, también es cierto que los costes de producción se disparan. Suben desmesuradamente el precio del gasóleo, y el de los fertilizantes y “la próxima sementera se verá directamente condicionada por estos incrementos”.     Por último, la sectorial de ASAJA ha hecho hincapié en la necesidad de dar solución al problema generado por la prohibición de la quema de los restos de cosecha. Los agricultores piden sensibilidad a la Administración ya que “esta práctica es una herramienta con la que siempre ha contado el agricultor y que le ha facilitado el control de plagas y malas hierbas”. Un año más, se ha demostrado que “la eficacia de las materias activas que van quedando en el mercado cada vez es menor, por lo que la quema resulta cada vez más necesaria y constituye una herramienta útil para el agricultor”.